Riiiing, riiiing!
Riiiing, riiiing!
-Hmf.
Riiiing, riiiing!
-Mierda de despertador…- Aprieto el botoncito para pararlo y me doy la vuelta.
Riiiing, riiiing!
-Hostia puta.
Le arreo una ídem al aparato, que cruje y se cae de la mesilla.
Riiiing, riiiing!
¿Por qué sigue sonando? ¿Por qué?
Riiiing, riiiing!
Ah, que es el teléfono. Pues peor me lo ponen.
-¡Qué, joder! –gruño.
-Hola…
-Quién eres.
-Pablo –Puede ser, ya que es una voz de hombre. Aunque poco viril.
-¿Y te conozco?
-Ahora sí… jijiji –Suelta una risilla nerviosa, aunque su voz suena a llanto más que a otra cosa. Cuando no habla, se sorbe los mocos con fuerza y resignación.
-Oye… -recomienza -. Me voy a suicidar.
-Dios mío.
-No es broma. No te rías.
-Si no me río. Soy católico.
-Ayúdame… -solloza.
-…
-¡Por favor!
-Mira, no sé que puedo hacer por ti… Cálmate un poco. -¿Porqué no le cuelgo?, me cuestiono interiormente, quitándome legañas con el dedo.
-No quiero calmarme. ¡Me voy a suicidar!
-…
-¿Me oyes? Voy a matarme.
-Pero por qué, hombre.
-Mi vida es una mierda…-solloza -. Sí, una mierda…
-La mía también, y no voy a hacer eso.
-¿Y qué… qué vas a hacer?
-Beber. Como anoche. Por eso estoy de resaca. Por eso el teléfono, así a éstas…
-¡Voy a suicidarme! –me interrumpe chillando -. ¿No lo has entendido?
-Mira, escucha…
-¡No! No escucho. Voy a matarme. Voy a saltar por el balcón. Voy a hacerlo, ahora mismo.
-No, no lo harás –Debo ser una especie de superhéroe, un alma caritativa. Eso debe ser –Mira, dime dónde estás y…
-En el balcón. ¡Estoy en el balcón! ¡Escucha!
Supongo que ha sacado el inalámbrico por la ventana, porque se oye, lejano y mecánico, el croar de una ciudad en domingo, en Agosto, en el siglo XXI. Un croar de rana enferma.
-¿Lo oyes?
-Sí –me resigno -, sí, lo oigo. Pero no saltes.
-¡Voy a saltar!
-¡Espera, joder! ¿En qué piso vives?
-¡En un noveno!
-¡Puede salir mal! Puede que no mueras.
Qué gran argumento el mío. Me pregunto porque no he enviado ya una solicitud al Club de debate.
-¡Voy a saltar!
-No saltes, hombre, que te quedarás peor, en una silla de ruedas…
-¡Va a funcionar! Voy a saltar.
-¡Te saldrá mal!
-¡Ahora verás como no! ¡Já!
Oigo pasos precipitados, y un tintineo metálico, quizá el teléfono chocando contra algo. Luego un jadeo, y un grito desgarrado que se prolonga durante un latido, hasta que se corta la comunicación.
Continuará.
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9 comentarios:
Es que no son horas, ni tan siquiera para suicidarse, que espere al mediodía por lo menos.
Saludos
Está comprobado que hay más suicidios en verano.
No quieren decir la causa, pero yo lo sé. Es la programación de la tele.
xDDDD, totalmente de acuerdo con los dos. Pero no os riaís, hombre que es una historia seria. ¡Una tetralogía!
Es coña, la historia sí que es seria, pero podéir reíros con total impunidad.
Saludos.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaahh!!quiero más!!necesito que sigo!odio las cosas a medias dioss..¬¬
así que ya sabes zorra!;)
Un beso!
Todo a su tiempo, pequeña zorra insaciable. Ya seguiremos.
Saludos.
Se le caen porque son de verdad.
No le quito mérito a ella, que por lo visto es buena actriz además de guapa (aunque a mi parecer no es para quedarse extasiado, peor reconozco que es guapa la chica), sino a todos esos que caen en la comparación. Por eso, los que sea que lleven su carrera se han empeñado en la emulación de la Monroe. Y como dices, ya no pega, eso ya pasó.
Pues si no es por la tele será más adelante por la factura del teléfono. Eso pasa por saltar sin colgar primero.
Pues eso, que mejor que en cada momento haya alguien especial, y que sea justamente porque es alguien relativamente nuevo, original.
El pobre es que estaba muy nervioso y se le olvidó colgar el chisme.
Saludos.
Vaya, que curioso, buena la historia, solo que ne la realidad ocurren de vez en cuando algunas cosas parecidas que le ponen a un servidor mal de los nervios.
Saludos
Gracias, Ard. Es triste que la gente quiere matarse, pero es peor cuando te despiertan para decírtelo.
Saludos.
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