domingo, 30 de septiembre de 2007

Gente que mola

Prácticamente nunca veo las noticias de la tele, y menos un sábado, pero se dio la casualidad de que estaba pacíficamente recogido en el lecho familiar pinosero, y no había plan hasta más tarde. Asín que las vi. Allí no tengo Internet, y aunque mi primo sí, está feo que vaya a molestarle sólo para publicar memeces en este blog. Así que vista la noticia en TV, recé (a Yog-Sothoth) para que Ruth no se hiciera eco en su blog de tele y ser original hablando del asunto. ¿Y cual es el ausnto?

El asunto es un tío que padece una parálisis cerebral, o algo similar, que le limita muchismo los movimientos y lo mantiene confiando en una silla de ruedas motorizada. Hasta aquí bien, es decir, hasta aquí mal, pero normal. Lo bueno viene cuando te enteras de que el tío, de nombre Toño, a sus taytantos años es guionista de El Hormiguero, programa que presenta Pablo Motos en Cuatro. Y ves al tío salir a plató, con una calavera en el pomo de la palanca de dirección de su motosilla, y con la cabecita torcida y la voz de galleguiño estrangulada, ponerse a hacer un monólogo en el que mete chistes como, "no sé de qué se quejan... Ni que fuera el único paralítico cerebral que sale en la tele" o "Yo era el doble de acción de Mar Adentro... Yo me bebía el zumo". Y luego ves al tío en su apartamento, poniéndose vinilos, to jebi y to simpático, sin perder el buen humor. Y lo ves, en resumen, vivir, o al menos ves una parte de su vida, y te preguntas: ¿qué hostias hago quejándome de la consistencia de mi cabello? ¿Qué coño hago mirándome al espejo y pensando "oh, Dios, qué gordo tengo el culo, qué desgracia"? ¿Qué mierdas hago quejándome siquiera, de cualquier cosa, de lo que sea, cuando este tío goza de ese humor y esa lucidez, aunque sea unas pocas horas al día?

Me olvidaré de lo afortunado que soy (somos). Volveré a quejarme de un grano, a cuestionarme mi vestimenta, a temer un gatillazo. Pero mientras lleve a cabo ésto, mentalmente, espero darme cuenta de lo imbécil y lo inconsciente que puedo llegar a ser.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajjajjaaa. Me alegra no haberte fastidiado el artículo porque a ti te ha quedado la mar de bien.

Yo he leído por ahí opiniones contradictorias respecto al monologuista. Unos dicen que normaliza la imagen de los discapacitados, y otros dicen que lo que hace es ahondar en los tópicos.

Yo lo que creo es que el tío hace monólogos y lo único que tenemos que pedirle es que haga gracia. Sí que nos reímos, en general, con un gordo haciendo chistes de gordos. No sé por qué ahora tendría que ser diferente. Luego, si su humor hace gracia o no, es otra cosa.

Vamos, creo yo.

Tamaruca dijo...

No vi al individuo en cuestión pero la conclusión que sacas me parece fantástica. En general, la mayoría somos unos imbéciles discapacitados para la felicidad; no sabemos apreciar ni valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Qué lástima.

M_ n_ _l dijo...

Muy buenisisisma reflexión, me la apunto!
Aunque el tipo ste no me haga ni pizca de gracia!

M_ n_ _l dijo...

Y muchas gracias por pasarte por mi blog! (que se me olvidaba! ;-)

Ruvias Intelijentes dijo...

no lo bimos, pero emos leido de todo. la berdad es que si hel tio lo izo con grazia, jenial. i si halguien puede quitarle ierro a semejante papeleta, oviamente, hes el i no nosotros que, como tu dizes, nos quejamos por memezes. ains, que bien nos biene de bez en cuando un banyito de realidad, conyo! que semos afortunados!!!

vesis, vonvon!!

Anónimo dijo...

Ahora entiendo porque queria que leyera la entrada...


Un beso.

Riesgo dijo...

Gracias, Ruth. Si que es un tema polémico, pero lo cierto es que los monólogos, dejando de lado las limitaciones expresivas que tiene el tío, sonb astante buenos.

Toda una lástima, Tamaruca. Y una suerte, por otra parte.

Bueno, m_n__l, está claro que por ser discapacitado tampoco vmaos a reírnos más xD. Si no te mola, pues no t emola.

Es exactamente eso, Ruvis. Aunque todos tnegamos ramalazos de humor negro, supñongo que él tiene verdadero "derecho" a descojonarse del asunto.

Qué escueta, Jess. Eso d en o ser la primera te ha puesto de malla lluna xD.

Saludos a todos!

Pay29a dijo...

es algo común en el ser, encontrarse apesadumbrado y trájico por cosas de las que no tiene ninguna importancia, eso no quita que uno se de cuenta de que es un idiota en quejarse por puras cuestiones vanales.-.

es poco probable que la proxima ves que te mires al espejo o estes en una situacion media funesta, te acuerdes de que hay otros que sin estar en las mismas condiciones que se encuentra uno, posee una vida plena, sin ningún problema poco superador.-.

un abrazo amigo y muy buena entrada.-.

ARD dijo...

Una entrada muy notable señor Riesgo, solo he visto a este caballero de refilón porque casi no veo la tele.
En cuanto a las reflexiones, bueno pues esta bien eso de pensar un poco en uno mismo comparado con lo mal que lo pasan otros o las limitaciones a la que se enfrentan, pero esas reflexiones no valen para todo el mundo, la mente es muy compleja y el tener un culo gordo a lo peor a alguien le lleva a cometer alguna tontería irreversible. De todas formas coincido en la reflexión que haces.

Que Shub Niggurath te conceda sus bendiciones que son tantas como hijos cabritos tiene.
Saludos.

IA IA Shu Niggurath!!!

Anónimo dijo...

Ese tío nos está dando una enorme lección a todos. El quejarse y el llorar no sirve de nada, hay que vivir todo lo que se pueda y disfrutar de lo que tenemos a tope. ¡Disfrutemos y seamos felices, coño!!

Salud y fuerza!

Riesgo dijo...

Muchismas gracias, Pay. Ciertamente vuelvo a caer constantmente en la queja banal e injusta, pero luego me aprieto el cilicio y así voy compensando.

Mayormente, Ard, coincido en que todo lo de quejarse y sufrir es relativo. Y muy agradecido estoy de tus impíos deseos ^^.

Eso mismo, Mescalino, eso mismo.

Saludos!

Nuria Urreta dijo...

Yo no me creo que el tipo en cuestión (en realidad no le vi pero da igual) sea todo el día la alegría de la huerta. Tendrá sus momentos de sentirse como una mierda, como los tenemos todos. Y con razón. La lección que da es la de que no conviene ser un coñazo para los demás. Cuando estás jodido la gente te escucha y te comprende, o lo intenta, pero un rato. Si te quejas demasiado cansa. Ese tío no es más sabio que los demás, sólo necesita a la gente, como todos.

Juan Tamenela dijo...

Tienes razón en todo lo que dices pero ahora falta saber si el tío es así en realidad o tal vez en la intimidad de su casa sufra.
De todas todas nos quejamos de vicio.

Un saludo

Dark Santi dijo...

Y yo que me quejo porque me han jodido con la matrícula de la universidad... aunque bueno, qué demonios, claro que me quejo!

Y sí, qué coño, vivo del metal (aunque haya cortado mis melenas una vez más!)

tan versátil como acústica dijo...

y disfruto sobre todo del final del post. porque es real que el mundo vuelve a su equilibrio natural, y todos sufrimos por nuestras pequeñas nimiedades sin tener que considerarlas, por eso, menores.

Riesgo dijo...

Quizá más sabio no, Imathia, pero en cierto modo sí más valiente, o más fuerte, o llámalo como quieras. Yo en su situación ya hubiese atentado contra mi sagrado vida de todos los modos posibles.

Por como aparecía su casa en el reportaje, Responsable, creo que allí tmapoco se lo pasa mal. Indudablemente tendrá sus momentos de bajón, porque nadie inteligente no los tiene, y con más razón en uan sitaución como la suya.

Dark Santi, ¿otra vez? xD no les ha dado tiempo de ser melenas. Y quéjate, que tienes todo el derecho del mundo. Yo me quejo de tener hacer 20 minutos de subida a pie para ir al conservatorio... con lo duro que se me va a poner el culito.

Muchas gracias, Tan versátil como acústica, y sí, uan vez más, el sufirmiento es algo completamente relativo.

Salduos a todos.

Carabiru dijo...

Yo creo que a mucha gente lo que les molestan son sus propios prejuicios.

¿Acaso él no tiene tanto derecho como cualquier otro a desempeñar su trabajo?

¿Les molesta verlo en la tele porque creen que los demás se burlan de él, o porque no les gusta ver que el mundo no es perfecto?

No sé, a mí me deja perpleja y admirada que demuestre ese humor, y que tenga tantas ganas de vivir, porque sinceramente, no sé si yo podría hacerlo en su lugar.